Marta Cruz-Coke deja un inmenso legado en el ámbito cultural y patrimonial de nuestro país
Con mucha tristeza y emoción por el recuerdo imborrable que nos dejara Marta Cruz-Coke, en la Biblioteca Nacional, comenzamos una semana particularmente especial por los preparativos del Día de los Patrimonios 2023 que ella misma creara hace casi 25 años.
Para Soledad Abarca, actual directora de la Biblioteca Nacional “Marta Cruz-Coke fue una mujer excepcional que hizo un trabajo enorme y marcó una huella en el Servicio Nacional del Patrimonio (ex Dibam), y en la Biblioteca Nacional. En particular, desde el punto de vista humano, todos y todas los funcionarios y funcionarias la recordaremos siempre como una mujer muy humana y afable, interesada en los diversos temas que se trataban y siempre dispuesta a darse el tiempo para escuchar, entender, opinar y dar su punto de vista. Desde el punto de vista profesional, destacó como nuestra primera mujer Directora, en tiempos en que en el ámbito cultural era difícil abrirse un camino. Sin embargo, con iniciativas como el Día del Patrimonio Cultural que acercó el patrimonio a la comunidad y el programa Bibliometro, que dispuso los libros y la lectura al alcance de las personas en el trayecto entre sus casas y sus trabajos, entre otras iniciativas, logró convertirse en una mujer admirable y muy difícil de igualar”.
Marta Cruz-Coke estudió en Santiago y luego siguió cursos informales de historia, sociología, teología y filosofía en la Ecole du Louvre y el College de Francia, en la Sorbone y en el Institut Catholique. En Buenos Aires, se inscribió en la Universidad como alumna libre en Filosofía.
Fue miembro de una influyente familia, hija del médico y político chileno Eduardo Cruz-Coke y de Marta Madrid Arellano. En 1948, se casó con el abogado y político Gustavo Lagos Matus. Tuvieron tres hijos: Marta, María Isabel y Gustavo.
Durante su vida, se desempeñó en diversos cargos ligados a la educación y al desarrollo de la cultura. Fue directora del colegio La Maisonnette y asesora del rector del Saint George, presidenta de la Corporación del Patrimonio Cultural en Chile y presidenta de la Asociación de Gestores Culturales, entre muchos otros puestos en los que destacó por abrir nuevos caminos y por su valentía para enfrentar ciomplejos desafíos.
En 1993, fue nombrada directora de la Dibam, actual Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, por el presidente Patricio Aylwin y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo que le significó asumir como directora de la Biblioteca Nacional de Chile.
En una entrevista con Justo Alarcón para su libro Crónicas de la Biblioteca Nacional, Marta Cruz-Coke recordaba: “La idea de patrimonio siempre me rondó y siempre, en cada discurso que pronuncié a lo largo de mis seis años, hablé del patrimonio para que la idea fuera entrando, porque llegué a la conclusión de que mientras no entrara, no fructificaría y por eso creamos el Día del Patrimonio Nacional”.
Cuando la Biblioteca Nacional celebró sus 205 de vida, decidió homenajear a Marta Cruz-Coke rebautizando el “Salón Bicentenario” con su nombre.
Entre los muchos reconocimientos que recibió, destacan el Premio Nacional de Conservación, el Premio Nacional a la Gestión Cultural y su nombramiento como Hija ilustre de Santiago.