26 de agosto, Día del Profesor Normalista de Chile
¿Sabes qué significa ser un profesor o profesora normalista?
En nuestro país se denomina Profesor o Profesora Normalista a los educadores especialmente preparados en las Escuelas Normales de Chile, instituciones encargadas de formar a las personas para entregar enseñanza en las escuelas primarias.
Durante el siglo XIX, uno de los problemas sociales más importantes detectados en el territorio nacional era la falta de alfabetización de la ciudadanía. En 1842 durante el gobierno del presidente Manuel Bulnes (1788-1866), se creó la Escuela Normal de Preceptores, que inició sus funciones en el mes de junio del mismo año.
Destacan de esta época, el primer director de la escuela normal en Chile, don Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), uno de los intelectuales latinoamericanos más importantes del siglo XIX, que logró desarrollar sus vocaciones y convertirlas en realizaciones concretas, su interés por los asuntos públicos lo condujo a la presidencia de su país, Argentina y su preocupación por la educación del pueblo se expresó en decisivos aportes para la ampliación y el mejoramiento del sistema público de enseñanza en Chile y Argentina (Memoria Chilena). Posteriormente, Anna Du Rousier (1806-1880), religiosa francesa de la Sociedad del Sagrado Corazón fundada en 1800, que tenía como principal apostolado la educación de las niñas. Du Rousier, fue enviada a nuestro país a mediados del siglo diecinueve y tuvo a su cargo la inauguración de la Escuela Normal de Preceptoras en 1854 que marcó un hito de inserción laboral femenina en Chile.
Con posterioridad, se fundaron Escuelas Normales en ciudades del norte y sur de Chile, como Valparaíso, Copiapó, Iquique, La Serena, Talca, Chillán, Angol y Ancud, algunas particulares y otras estatales.
¿Cuál es la importancia de la labor educadora de las Escuelas Normales de Preceptores y Preceptoras?
El trabajo educativo de Profesores y Profesoras Normalistas permaneció vigente en Chile durante más de un siglo y fueron quienes formaron a vastas generaciones de compatriotas, e hicieron posible la instrucción primaria en lugares muy alejados; se fundaron escuelas rurales y se impulsó la enseñanza en sectores sociales que con anterioridad no tenían acceso a ella. Gracias a su trabajo, la alfabetización en nuestro país se incrementó de forma sostenida, promoviendo profundos cambios en el desarrollo de la nación.
La formación de quienes se educaban en las Escuelas Normales se inspiró en el modelo europeo de la época, más especialmente de Francia, desarrollado por San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), sacerdote y pedagogo francés, que consagró su vida a formar maestros destinados a la educación de hijos de artesanos y de niños pobres de la época. Así como también de las escuelas de Alemania, modelo analizado por José Abelardo Núñez (1840-1910), que movido por una fuerte vocación, se involucró con la gestión educacional y fue enviado por el gobierno a Europa y Estados Unidos con la misión de recoger aquellas tendencias e implementaciones educativas que pudieran optimizar el desarrollo de la instrucción en Chile. A su regreso, en 1882, publicó La organización de las Escuelas Normales, de gran importancia para las reformas que posteriormente tuvieron lugar en esta área.(Memoria chilena)
En principio, la estructura de las Escuelas Normales, se divide en Escuelas urbanas y rurales, orientando sus enseñanzas de acuerdo con las materias de mayor aplicabilidad en ambos campos.
En su origen estas escuelas funcionaban como internados en los que los futuros preceptores ingresaban una vez terminada su educación primaria, es decir, a los 14 años (posterior a 1967, se aumentó la edad a 17 años). El programa educativo consideraba una nutrida malla curricular que duraba alrededor de 6 años, además de materias como matemáticas, historia, lengua, geometría y ciencias, contaban con instrucción en lógica, religión, artes, y una agenda de actividades físicas, como gimnasia y también educación relativa a la higiene personal; eso sin mencionar las áreas específicas, como agricultura, vacunación, enfermería, contaduría o comercio.
Con el paso del tiempo y los cambios de paradigmas educativos, la instrucción primaria pasó de los Profesores Normalistas hacia los educadores preparados en las universidades, cerrando con ello un ciclo de trabajo que duró 132 años. Así es como, en marzo de 1974, se eliminó, de manera formal, el sistema de las escuelas normales.
En el año 2005, durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos (1938-), fue declarado el 26 de agosto como el Día del Profesor Normalista, no sólo en honor y en mérito de sus enseñanzas, sino también por su vocación de servicio público profundamente comprometido.