Las primeras noticias sobre la fotografía en Chile fueron conocidas casi a la par que en Europa, tras ser patentado el daguerrotipo por Louis Jacques Mandé Daguerre en 1839. En mayo de 1840, arribó al puerto de Valparaíso la fragata belga Oriental, buque escuela donde un grupo de jóvenes de familias adineradas participaban de una expedición pedagógica alrededor del mundo. Entre los profesores que integraban la expedición se encontraba el abate Louis Compte, quien trajo consigo el novedoso invento del daguerrotipo, el cual permitió registrar los lugares frecuentados en la expedición.
Arribó así el primer daguerrotipo a Chile y, tras su llegada, fueron fotógrafos extranjeros quienes se ocuparon de manera itinerante de realizar los primeros trabajos de este tipo en el país, como fue el caso del francés Philogone Daviette, quien realizó las primeras capturas daguerrotípicas en 1843. Le siguieron, en 1845, los hermanos Carlos y Jacobo Ward, norteamericanos que recibieron una calurosa acogida en Santiago, Copiapó y Valparaíso por sus retratos de daguerrotipo. A la par llegaron el inglés William Helsby, y el norteamericano Robert H. Vance, quienes también ofrecieron retratos realizados mediante esta nueva técnica del daguerrotipo. A partir de estos años llegaron a todo el territorio retratistas que poco a poco comenzaron a instalar establecimientos dedicados a la producción fotográfica.
La sociedad chilena manifestó un gran interés por el retrato, el que cumplía distintas funciones, principalmente asociadas al estatus social. Aprovechando este interés, los establecimientos se decantaron a favor del daguerrotipo por su precisión y velocidad, la que contrastaba con la pintura o el dibujo. Paralelamente, la prensa periódica se convirtió en una plataforma que promocionaba las virtudes de la captura fotográfica. A esto se sumó que, en 1851, llegó al puerto de Valparaíso, de la mano de los alemanes Salomón Adolfo Alexander y Adolfo Boehme, un nuevo procedimiento fotográfico: la Colotipia, a través del cual se podían obtener varias copias positivas de una imagen a partir de un negativo soportado en papel (Morales, 1992, p. 76).
Durante estos años se instalaron diversos establecimientos, principalmente de fotógrafos extranjeros que decidieron establecerse en Chile, lo que impulsó una nueva área de comercio que, posteriormente, continuó con sus aprendices o descendientes, quienes a su vez formaron sus propios negocios a través de sociedades comerciales. William Helsby instaló una de las casas fotográficas más reconocidas en el puerto de Valparaíso, la Fotografía Helsby, en la que trabajaron también sus hermanos Thomas y John. Este estudio es uno de los primeros que ofreció retratos, además de vistas de exteriores y paisajes al daguerrotipo, formato mayormente comercializado por los establecimientos del periodo. Unos años más tarde, en 1854, Víctor Deroche instaló el primer establecimiento dedicado exclusivamente a la fotografía soportada en papel.
Hacia 1860, el nuevo sistema del papel ya se había expandido a la mayor parte de los estudios, los que además ofrecían un nuevo formato: la tarjeta de visita. Esto favoreció la aparición de nuevas casas fotográficas, como Fotografía Mythos, Garreaud y Cía., Fotografía i Pintura Carlos Díaz, José Agustín Ovalle y Cía., y Rowsell y Courret Hermanos, entre otros. Esta dispersión de estudios fotográficos en las principales ciudades de Chile posibilitó la formación de colecciones fotográficas de familias e instituciones, surgiendo la necesidad de crear álbumes fotográficos, como una manera de conservar y proteger estas colecciones.
Para Rodríguez (2001): “El menor costo de la foto sobre papel, la posibilidad de reproducirla a través de negativos, y la facilidad de ampliar sus imágenes a tamaño natural, volcaron en su favor a todo el público. Hacia 1860 habían desaparecido los finos estuches de daguerrotipos y ambrotipos, surgiendo en cambio una nueva modalidad que pronto fue complemento obligado de la fotografía y se extendió con ella al mundo entero: el Álbum” (p. 21).
Durante fines del siglo XIX con rapidez se desarrolló una industria especializada en álbumes fotográficos. Los primeros fueron muy decorados, ya que además del contenido de sus páginas, se utilizaban como objeto de exhibición. Estos álbumes conformados por varias tarjetas de visita se transformaron en un adorno indispensable en las casas de la elite, pues de alguna manera daban cuenta de la prosperidad del dueño de casa y la importancia de la familia. Por otra parte, los establecimientos fotográficos vieron en la demanda de álbumes una posibilidad de incrementar sus ventas y comenzaron a comercializar álbumes de vistas, ya sea de Chile o de Europa, con diversas temáticas que daban cuenta de la transformación de las ciudades (Álbum del Santa Lucía con fotos de E. Garreaud), desarrollo industrial (Álbum de las Salitreras de L. Boudat y Cía.) y hechos históricos conmemorativos (Álbum de la Guerra del Pacífico con fotos de Díaz y Spencer).
En este periodo la popularidad de la tarjeta de visita y el uso de álbumes fotográficos modificó sustancialmente el quehacer fotográfico en Chile, pues los diferentes fotógrafos pudieron dejar su actividad itinerante y esporádica para establecerse en estudios, lo que les permitió experimentar con nuevas técnicas fotográficas que mejoraron la calidad de las fotografías (Rodríguez, 2001, p. 60).
Hacia fines del siglo XIX, además de las imágenes, algunos establecimientos comenzaron a comercializar productos asociados a la fotografía. Casa Hans Frey, R, Marks y Cía., Kirsinger y Cía., y Casa Heffer fueron algunos de quienes fomentaron la masificación de los fotógrafos no profesionales. A esto ayudó el abaratamiento de los costos asociados a la actividad fotográfica, puesto que a principios del siglo XX, cámaras, objetivos, aparatos de ampliación, papeles y químicos comenzaron a estar disponibles para un público cada vez más amplio.
Entrado el siglo XX el crecimiento sostenido de la actividad fotográfica, gracias a los avances tecnológicos, masificó la actividad y se abrió a muchos aficionados. La explosión fotográfica sobrepasaba la labor que realizaban los establecimientos de retratos, al incorporarse en esta actividad decenas y cientos de aficionados que producían sus propias imágenes. Las publicaciones periódicas fueron las primeras que dieron cuenta de este cambio y llenaron sus páginas con fotos provenientes de estudios, de aficionados, y de improvisados reporteros. También, reflejo de esto fue el surgimiento de agrupaciones y sociedades de fotógrafos que comenzaron a exponer sus trabajos en certámenes especiales del rubro (Rodríguez, 2010, p. 14).
Así, durante las primeras décadas del siglo XX, de la mano de establecimientos como Foto Mora y Nanyo en Santiago, Fotografía J. García Caballero en Antofagasta y Fotografía Lavanchy en Concepción, la fotografía y sus productores se convirtieron en la mayor fuente documental de su tiempo. A través de sus imágenes se retrataba, se conocía y se difundían las transformaciones sociales, económicas y urbanísticas que experimentan las principales urbes del país. Además, fue durante este periodo que surgió un nuevo formato que permitió la masificación de la expresión fotográfica: la tarjeta postal, heredera de la tarjeta de visita del siglo XIX.
Daguerrotipo
Procedimiento fotográfico patentado por Louis-Jacques Mandé Daguerre.
Soporte: Metal
A partir de la aplicación de vapores de yodo sobre una placa de cobre a la que previamente se le amalgama en una de sus caras una lámina de plata pulida, se obtiene en esta superficie yoduro de plata. Al exponer este material fotosensible a la luz en el interior de una cámara se producen una serie de reacciones químicas en el lugar donde incide la luz. Cuando termina la exposición a la placa se le aplican vapores de mercurio para hacer aparecer la imagen (revelado) y posteriormente se fija, con una solución caliente de sal común o con hiposulfito de sodio. La imagen que se obtiene es un positivo único (Boadas, Casellas y Suquet, 2001, p. 31).
Calotipo o Talbotipo
Procedimiento fotográfico patentado por: William Henry Fox Talbot.
Soporte: Papel
A partir de la sensibilización de un papel con yoduro de plata (a menudo encerado o aceitado para aumentar su transparencia), éste se introduce en el interior de la cámara. Después de una exposición a la luz, se obtiene una imagen muy poco visible (imagen latente), que será perceptible después de su revelado con galonitrato de plata. La imagen que se obtiene es un negativo reproducible (Boadas, Casellas y Suquet, 2001, p. 32).
Tarjeta de visita
En 1854 André Adolphe Disdéri, comerciante francés, revoluciona la vida en Europa con un invento que luego recorre el mundo entero, la Tarjeta de Visita, formato que permite realizar diez fotografías a partir de un único negativo. Es un formato pequeño de fotografía, que permitía reemplazar la placa metálica por placas de vidrio entregando muchas copias en papel por un precio muy bajo. Esto hace que definitivamente la fotografía esté al alcance de todo el mundo, creando una verdadera moda del retrato. Los retratos -de aproximadamente 7 cm de alto por 5 cm de ancho- se pegan en cartulinas rígidas de 10x6 cm, las que llevan registrado el nombre y la dirección del estudio fotográfico (Csillag, 2001, p. 21).
Álbum
Tomando la idea de los libros aparecen los primeros álbumes de la industria en 1860, conocidos como Leporello. Con forma de acordeón, encuadernados en doce partes con cuero contienen 24 fotos en formato tarjeta de visita. Las técnicas de fabricación de álbumes se perfeccionan hasta llegar a sofisticados sistemas de encuadernación en cuero, nácar, carey, marfil, piedras semipreciosas, etc. Algunos son diseñados como adorno para las chimeneas o estanterías, con adornos muy originales como relojes en la parte superior o cajas de música incorporadas al álbum mientras se miran las fotografías de su interior (Csillag, 2001, p. 25).
Investigación y texto
D&D Consultores
Referencias
- Boadas, J., Casellas, L., Suquet, M. (2001). Manual para la gestión de fondos y colecciones fotográficas. España. CCG Ediciones.
- Bustos, A. (2007). Historia de la Postal en Chile, Chile, Ediciones Universitarias de Valparaíso.
- Csillag, I. (2001). Conservación de Fotografía Patrimonial. Chile. Centro de Conservación y Restauración DIBAM.
- Morales, M. (1992). Los años heroicos de la fotografía en Chile 1840-1880. Tesis de Licenciatura. Chile. Pontificia Universidad Católica de Chile.
- Pereira, E. (1992). Estudios sobre la historia del arte en Chile Republicano. (9° ed.) Chile. Ediciones de la Universidad de Chile.
- Rodríguez, H. (1985). Historia de la fotografía. Registro de daguerrotipistas, fotógrafos, reporteros gráficos y camarógrafos 1840- 1940. Boletín de la Academia Chilena de la historia, LII (96), 189-340.
- Rodríguez, H. (2001). Historia de la Fotografía. Fotógrafos en Chile durante el siglo XIX. Chile. Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico.
- Rodríguez, H. (2010). Historia de la Fotografía. Fotógrafos en Chile 1900-1950. Chile. Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico.
Publicado: 14/01/2022