Pirquineros, salineros y carpinteros de ribera: oficios tradicionales de Chile

Cada 1° de mayo se celebra internacionalmente el Día del Trabajo para conmemorar los esfuerzos del movimiento obrero a finales del siglo XIX, para reivindicar el derecho de tener al menos un día de descanso en la semana y una jornada de ocho horas diarias. A lo largo del tiempo, las condiciones laborales de muchos oficios han mejorado paulatinamente, no obstante existen oficios en extremo arriesgados y complejos, en especial aquéllos que continúan realizándose según prácticas antiguas y utilizando herramientas artesanales del pasado.
En Chile, destacan en este ámbito, los pirquineros en el Norte, los Salineros en la costa de la Zona Central y los carpinteros de Ribera en la Zona Sur.
La pirquinería es una actividad riesgosa y esforzada, ya que corresponde a la minería en su expresión menos industrializada que se realiza principalmente la Región de Atacama. Se define como un sistema de explotación minera artesanal llevada a cabo a muy baja escala, pudiendo ser solitaria o realizada por integrantes de un núcleo familiar. El pirquinero utiliza herramientas rudimentarias, generalmente hechas por él mismo, en conjunto con un vasto conocimiento para identificar, explotar, trabajar y comercializar el mineral que obtienen, muchas veces de “piques” con escasa seguridad.

El término “pirquinero” proviene del quechua “pircca”, palabra que usamos para designar los muros de piedra usados como cierre en los campos, así como también en los montones de piedra que se acumulan al ir excavando un pique minero.

La minería artesanal es una actividad tan antigua en nuestro país que es posible datar en tiempos precolombinos. Desde muy temprano en el registro arqueológico es posible encontrar ofrendas funerarias como joyas elaboradas con piedras como la turquesa y lapislázuli, minerales que por fuerza debieron ser extraídos por la manos hábiles de los mineros de aquélla época. Con los Diaguita y luego con el contacto incaico, este trabajo se hace aún más presente, dado que los objetos metálicos, tanto de cobre como de plata, se observan con mayor frecuencia en el registro artefactual.
En 1991, con el Decreto con Fuerza de Ley N° 17, se reconoce a quienes realizan este oficio como “personas que ejecutan por sí mismos labores de búsqueda o exploración y extracción o explotación de minerales, en forma individual o colectiva, en número no superior a 3; sin contar para ello con personal o servicios auxiliares”, y en el año 2001, por medio de la Ley 19.719 se los define como “mineros artesanales”.

En las costas de Chile Central, en particular en la desembocadura del Río Nilahue en la Comuna de Pichilemu y del estero Paredones en la Comuna de Vichuquén, pervive una de esas actividades tradicionales que quizás forma parte de tu día a día. Hablamos de la extracción de la sal de mar realizada por los salineros.

Los salineros son quienes extraen la sal de forma artesanal, directamente desde el agua del mar, sin mediar en este proceso, más que el esfuerzo y la inteligencia humanas y el control de las condiciones climáticas.
Producto de alto costo en el Viejo Mundo donde la sal se llegó a utilizar como medio de pago en Roma (de ahí el término “salario”), en nuestro país la extracción de sal data desde tiempos precolombinos, época en la cual se trabajaba, aunque de forma rudimentaria, funcional para la conservación, alimentación y/o medicina. Si bien la actividad salinera se restringe en la actualidad a la Región de O´Higgins, en tiempos históricos existieron salinas también en sectores del litoral de la Región de Valparaíso, como Quintero, Los Lobos o Las Cruces.

Con el contacto europeo en la época colonial, la extracción de sal adoptó herramientas similares a las utilizadas en España para las mismas faenas, (Salinas de Oro en Navarra, por ejemplo) las cuales se han mantenido a lo largo del tiempo con mínimas actualizaciones. Si bien el trabajo en la salina es agotador y muchas veces no bien remunerado, en la actualidad se ha revalorizado tanto el oficio como los beneficios de la sal de mar frente a la de mina, ya que la sal marina, extraída y comercializada sin la intervención de procesos industrializados ni productos químicos añadidos, ofrece al ser humano, una serie de minerales y oligoelementos beneficiosos para la salud.

El Museo Regional de Rancagua cuenta con una serie de herramientas utilizadas en este oficio y en el Tesauro Regional Patrimonial se han ingresado sus denominaciones y funcionalidades. Como reconocimiento, en el año 2011 el Estado de Chile, otorgó el título de Tesoros Humanos Vivos al colectivo de salineros de Cahuil, Barrancas y La Villa.

En Chiloé, Región de Los Lagos, el oficio de carpintero de ribera es reconocido como Tesoros Humanos Vivos en el año 2014 y como Patrimonio Cultural Inmaterial a partir del año 2020 por medio de su declaratoria publicada en el Diario Oficial el 20 de agosto del mismo año.
La carpintería de ribera se define como la construcción de lanchas y botes de forma manual y artesanal con técnicas transmitidas a lo largo de generaciones y aprendido por medio de la observación y la práctica de maestro y aprendiz. Implica un profundo conocimiento de los materiales con los que se trabaja, en particular de la madera.

Esta actividad se realiza dentro de talleres especializados y se denominan astilleros los cuales se ubican cerca del mar. La madera suele ser traída del bosque nativo, entre cuyas especies se encuentra el ciprés de las Guaitecas, el alerce, la luma y el mañío. Cada una de estas maderas se utilizan para distintas partes de la embarcación de acuerdo a sus características.

Los carpinteros de ribera trabajan en base a un sistema de plantillas con la forma de las piezas, entonces las maderas se cortan, se desbastan los ángulos y se ensamblan para obtener una estructura capaz de resistir el viento y el oleaje.

La historia de la navegación en la zona se remonta a los canoeros indígenas y parte de las técnicas y formas constructivas de esta época se han mantenido en el tiempo desde el período prehispánico, las dalcas, lanchones y lanchas chilotas, se han adecuado a los diversos usos y nuevos materiales, como es posible apreciar en algunas de las embarcaciones que forman hoy parte de las colecciones del Museo Regional de Ancud.

¿Conocías estos oficios tradicionales? Aprende más sobre ellos visitando el Tesauro Regional Patrimonial o descarga la publicación del CDBP dedicada a los Salineros de la Costa de Chile Central visitando este link.