Objetos de imprenta en las colecciones del Museo Histórico Nacional
En la actualidad, los libros y otros objetos impresos, como las revistas o los periódicos, forman parte de nuestra vida cotidiana, e incluso, están siendo desplazados por formatos electrónicos de lectura o bien, por un teléfono inteligente; pero en el pasado, tuvo que transcurrir mucho tiempo hasta que los libros se convirtieran en bienes accesibles.
Lector de libros electrónicos marca Amazon Kindle. Colección del Museo Histórico Nacional SURDOC ID 3-42955
Con el desarrollo de la escritura, se observan los primeros registros escritos, pero los objetos arqueológicos de este tipo que se conservan, son tabletas de arcilla o de piedra, posteriormente rollos de papiro y pergamino, hasta llegar a la invención del papel, que será vital para el desarrollo de la imprenta.
El papel, que es un material compuesto por hebras de fibra, diluidas en un medio acuoso, secadas y compactadas hasta formar una lámina delgada que permite la escritura, el dibujo o la impresión, con diversos medios, es un invento atribuido a Cai Lun, eunuco de la corte del Emperador He de Han Occidental (206 a. C.-220 d. C.), hoy República Popular China.
Varillas o láminas de bambú, partes de un documento en rollo proveniente de una tumba en el Monte Huxi, condado de Yuanli, Hunan. Estos rollos de varillas de madera se usaron como forma habitual de comunicación en la Antigua China así como también rollos de seda o de cuero. Colección del Museo de Hunan
Durante más de 500 años, este descubrimiento estuvo limitado al territorio de lo que es en la actualidad China Continental, para luego difundirse hacia la Península de Corea y posteriormente a Japón y el resto de Asia. Mediante las rutas de intercambio, como las de la Seda, se sabe que fueron los Árabes quienes introdujeron el papel en Europa a través de la Península Ibérica y de Italia, para luego llegar hasta los Países Bajos, donde se comenzó a producir en gran cantidad, primero de fibras provenientes de textiles y luego con fibras de madera, proceso que rebajó el costo de la producción convirtiendo el papel en un material masivo, pero incorporando la lignina, que reduce su vida útil considerablemente.
Ejemplo de periódico en que la lignina ha amarilleado el papel. En la actualidad se ha reducido la presencia de este compuesto en los papeles, pero se mantiene en el papel de periódico. Colección del Museo Histórico Nacional. SURDOC ID 3-25325
Una vez que el papel se masificó, diversifica su uso hacia la esfera académica, legal, doméstica y artística, y de esta forma llegamos al momento en que la imprenta cambiará nuestra forma de relacionarnos con los libros. Pero…¿Cómo eran los libros antes de la imprenta?. Al igual que la gran mayoría de los documentos previos a la invención de la imprenta, los libros eran manuscritos, se copiaban palabra por palabra en manos de copistas, personas especializadas en realizar esta ardua y delicada labor.
Detalle de la página manuscrita en caracteres góticos de un Libro de horas de la colección del Museo de Artes Decorativas SURDOC ID 24-251
La invención de la prensa de imprenta moderna se le atribuye al orfebre alemán Johannes Gutenberg (ca. 1400-1468), quién diseñó un modelo con “tipos móviles” a mediados del siglo XVI, invento que sería de gran importancia para poder realizar copias de libros en menor tiempo que el que necesitaban los copistas manuales. Si bien con los años la imprenta se ha ido perfeccionando, la técnica consiste, básicamente, en la aplicación de tinta sobre piezas metálicas (tipos móviles) que se plasman sobre una superficie, comúnmente papel, mediante presión.
La imprenta se introdujo en Chile de forma tardía, fue recién durante la segunda mitad del siglo XV III, específicamente en 1776, que apareció el que sería el primer impreso chileno, un folleto de seis páginas llamado Modo de Ganar el Jubileo Santo. Posteriormente, en 1811, fue traída desde el extranjero la primera prensa para imprimir, montada por tres tipógrafos norteamericanos. Gracias a esta imprenta se imprimió el primer diario chileno La Aurora de Chile (1812) y posteriormente El Monitor Araucano (1813).
Imagen de la primera imprenta que funcionó en nuestro país, usada para imprimir La Aurora de Chile a cargo de fray Camilo Henríquez, en 1812. Actualmente, se encuentra en exhibición en la Biblioteca Nacional
Ejemplar de 1812 de La Aurora de Chile. Colección del Museo Histórico Nacional SURDOC ID 3-42461
Un ejemplo de las imprentas manuales que se usaron durante el siglo XX (y que perduran en algunos talleres actualmente) son las de tipo adana cuartillera, llamada así por el tamaño máximo de papel que admite, justamente de una cuartilla (157 x 215 mm) dimensión ideal para la realización de boletas, facturas o tarjetas de presentación. Cabe señalar que antes de la llegada del “mundo digital” esta documentación física era fundamental en el ámbito laboral y de la administración.
Imprenta manual de tipo Adana o minerva fabricada en 1931 y que fue utilizada en la imprenta “El Rápido”. Colección del Museo Histórico Nacional SURDC ID 3- 25384
Existen algunas piezas necesarias para que todo tipo de imprenta pueda realizar su función, estas son los clichés (o clisés), la bandeja tipográfica y el componedor, siendo este último fundamental dentro del proceso, ya que sobre él se ubican “tipos móviles”, es decir, pequeñas piezas metálicas con una letra o signo del alfabeto en relieve, que permiten formar líneas tipográficas, las que finalmente darán como resultado una página de texto impresa.
Componedor de imprenta, herramienta usada en las imprentas para montar los tipos. Colección del Museo Histórico Nacional SURDOC ID 3-25401
Conjunto de Clisé tipográficos con diversos diseños figurativos. Colección del Museo Histórico Nacional SURDOC ID 3-25403
Plancha tipográfica y detalle donde se aprecian los tipos o clisé. Colección del Museo Histórico Nacional SURDOC ID 3-25402
Para conocer el trabajo que se desarrolla en una imprenta manual, así como algunos de los objetos revisados en esta nota, compartimos con ustedes esta obra de Ernest Courtois de Bonnencontre titulada “Imprenta Elzeviriana”, que forma parte de las colecciones de la Biblioteca Nacional. En esta composición se observa una escena de la sala de tipografía del lugar en que José Toribio Medina imprimió sus obras entre 1896 y 1919, y en la cual, él mismo se encuentra retratado, de forma anónima, como uno de los obreros.
“Imprenta Elzeviriana”, óleo sobre tela de Ernest Courtois de Bonnencontre, 1925. Colección de la Biblioteca Nacional SURDOC ID 2618
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Revisa la publicación “Más que cosas Nuevas historias que contar“ del Museo Histórico Nacional donde podrás encontrar estos objetos y mucho más.